La cirugía de los párpados, técnicamente conocida como blefaroplastia, es un procedimiento para extraer la grasa y el exceso de piel
y músculo de los párpados superiores e inferiores. La blefaroplastia puede corregir la caída de los párpados superiores y las bolsas de los inferiores, características que hacen que parezcamos
mayores y más cansados de lo que somos y que, en algunos casos, pueden interferir con la visión. Sin embargo, la blefaroplastia no elimina las "patas de gallo" u otras arrugas ni la caída de las
cejas. Puede realizarse de manera aislada o junto a otras cirugías estéticas de la cara, como el lifting cervicofacial o el lifting frontal.
Si usted esta considerando la posibilidad de someterse a una blefaroplastia, obtendrá información básica acerca de la cirugía, cuándo está indicada, cómo se realiza y qué resultados se pueden
esperar. Sin embargo, es imposible que todas sus preguntas queden contestadas, puesto que en gran parte dependen de factores personales y de las preferencias del cirujano plástico. Si no entiende
algo, consulte a su cirujano plástico
¿Quién es el candidato ideal para someterse a una blefaroplastia?
Los candidatos ideales para someterse a una blefaroplastia son aquellas personas que buscan una mejoría, y no una perfección absoluta, en su apariencia. Si usted posee
un estado general de salud bueno, tiene una estabilidad psicológica, y es realista en sus expectativas, será un buen candidato. Generalmente los pacientes tienen 35 años ó más, pero en algunos casos
con tendencia familiar a tener bolsas, los pacientes son más jóvenes. La blefaroplastia mejorará su apariencia y la confianza en uno mismo, pero no conseguirá que nos parezcamos a otra persona o que
nos traten de manera diferente. Antes de decidir si se va a realizar una blefaroplastia piense qué quiere conseguir y discútalo con su cirujano plástico.
Existen algunas condiciones médicas que pueden hacer que existan más riegos al realizarse una blefaroplastia, como son los problemas de tiroides, la falta de lágrimas suficientes, la presión arterial
alta, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes. El glaucoma y el desprendimiento de retina también pueden suponer un riesgo; en determinados casos, puede ser necesaria una revisión
oftalmológica previa a la blefaroplastia.